Friday, November 30, 2007

Music and Friendships


Cuando yo tenía alrededor de 13 aňos, por motivos de trabajo de mi padre, mi familia se mudó desde Santiago -la capital de Chile- a una ciudad de alrededor 200,000 habitantes llamada Arica, que está ubicada en el extremo norte del mismo país; una ciudad polvorienta a orillas del mar Pacífico que tiene un encanto especial.

Llegando a Arica, y motivada por la gran actividad musical a nivel de aficionados que se vivía en esos momentos en la ciudad, formé un grupo musical con mis compaňeras de colegio. Yo era la única guitarrista del grupo y distaba mucho de ser diestra, pero ganas no me faltaban. Había empezado a tocar la guitarra acústica casi auto-didacticamente a los nueve aňos pero no habiendo avanzado mucho a los 13, me daba cuenta que necesitaba aprender mucho más.

Con mi grupo musical participabamos en “festivales de la canción estudiantil” de Arica y siempre nos rozabamos con los mismos “otros artistas”. Entre esos estaba Ovidio de Ferrari quien era una celebridad en el ambiente estudiantil. Ovidio estaba en un colegio distinto y además no tan solo era mucho mas alto que yo :o) ... pero con mas aňos que yo, por eso mismo es que que no recuerdo cómo fué exactamente que establecimos contacto -probablemente a través de los festivales de la canción- porque un día comenzó a visitar mi casa para enseňarme algo de lo mucho que él sabía de música; yo contentísima, pero recuerdo que mi madre aún más feliz que yo se ponía con las visitas de Ovidio porque además de enseňarme guitarra y canto, deleitaba a toda la familia con su voz y su música.

Por otro lado, y durante el mismo tiempo, mi hermana, yo y dos jovencitos mas, uno de los cuales era Roberto Clavijo, formamos otro grupo musical. Roberto también estaba en un colegio distinto y en clases mas adelantadas que yo y asi tampoco recuerdo cómo es que lo hicimos para juntarnos a tocar música. Roberto era de esos adolescentes obsesivos que se pasaba todo el día practicando y aprendiendo una pieza musical. Así lo recuerdo con sus quenas, sus sampoňas y charangos a la rastra, siempre con una sonrisa en la cara y una broma en la punta de la lengua … bueno, él sigue igual.

La vida siguió su curso y deje de ver por muchos aňos a Roberto y Ovidio. Yo, después de haber formado parte de diversos grupos musicales en Chile, me alejé de la música cuando me vine a vivir a EEUU. Roberto siguió mejorando sus dotes musicales y viajó por varias partes del mundo como integrante de otros grupos musicales hasta que se enamoró de una norteamericana y se vino a vivir a EEUU; ahora es un músico, compositor, arreglador musical, integrante de Viva Quetzal, y fabricante de instrumentos. Ovidio continuó con su perfeccionamiento en música y ahora es director de una orquesta de cámara, compositor, pianista consumado, y dueňo de una academia musical en un pais del Medio Oriente; toda una vida dedicada a la música.

Hace pocos dias atrás, mientras hablaba por teléfono con Roberto, con quien nos llamamos esporádicamente para mantenernos al día en lo que está pasando en nuestras vidas y nuestras raices que se quedaron en Chile, salió el tema de Ovidio de Ferrari y grande fué mi sorpresa al enterarme que Roberto conocía a Ovidio del mismo colegio de enseňanza secundaria donde eran amigos. “O sea que ustedes eran amigos cuando yo era amiga de ambos pero por separado?!” Le pregunté a Roberto… en realidad, no es tan sorpresivo por el tamaňo pequeňo de la ciudad en que vivíamos, pero de todas formas no dejó de asombrarme el hecho de que los tres estabamos mas conectados por la amistad y por la música de lo que yo había pensado.

Pensando en retrospectiva, me siento privilegiada por haber tenido la oportunidad de conocerles a ambos, además de ser muy buenos músicos son personas encantadoras. La música es un un elemento unificador de todas maneras. Recuerdo que una de las ultimas veces que vi a Roberto fué cuando vino a Baltimore a tocar con su grupo a un teatro donde se presentan los mejores numeros de música clásica o de teatro. Esperaba esa noche con ansiedad pero ese mismo día en la maňana tuve un accidente “freaky” –una caída espectacular en mi casa que me dejó con un traumatismo encefalo-craneano de cierta gravedad. Veía todo doble, no escuchaba bien. En el Servicio de Urgencia del hospital me recetaron descanso absoluto, sin mover; yo me auto-receté la música del concierto del grupo de Roberto, y así fuí, con un chichón del tamaňo de dos pelotas de tenis en mi cabeza, a disfrutar de la música …. Y que pasó? Tal como lo predije, la música me hizo sentir muchísimo mejor, ayudó en mi proceso de sanación.

Me gustan las palabras de Ovidio … “La música es la voz de Dios que estremece el cuerpo y el espíritu, su comprensión es divina y casi imposible. Su efecto como en ninguna otra ciencia, modifica el intelecto y la emoción. Que viva la musica! Salud” … Asi es, Que viva la música y los amigos músicos!

Para escuchar a Ovidio pueden verlo en YouTube haciendo click aqui. Para conocer a Roberto y leer de su grupo hacer click aquí.

8 comments:

Unknown said...

tu primer post solo en Spanish

Lilian said...

Fanmaki,
Cuando escribo mis posts, dependiendo de lo que tengo en mente, los pienso en ingles o en Spanish y despues los traduzco inmediatamente o casi, y esta vez salio en castellano primero pero no sabia cuando tendria mas tiempo ;o)

Denise said...

Oh, toda una músico... qué bonitos recuerdos, a mí me ha pasado eso de encontrarme con gente que se conoce entre sí, es decir, que hay contacto entre las 3 partes y jamás te lo hubieras imaginado...

Lilian said...

Denise,
Toda un musico yo? :o) Ahora soy una music lover. Como dice el dicho, "si no lo usas, se pierde", y lamentablemente tengo que admitir que se esfumo mucho de lo que habia logrado aprender, con practica y paciencia, en guitarra y en canto... tal vez si practico nuevamente?
Saludos!

Tomas Bradanovic said...

Lilian, la música como forma de vida debe ser estupenda, imagínate que te paguen por hacer algo que te da felicidad y en lo que cada día te vas perfeccionando, no me imagino una mejor manera de ganarse los porotos que esa.

Claro que puede ser sacrificado, peligroso, inestable. Por cada Ovidio o Roberto que "llegan" hay cientos de juan perez que se quedan en el camino o simplemente se desaniman. La hermana de Rodrigo Nuñez era una estupenda concertista en piano clásico, una promesa en su tiempo y al final se aburrió del ambiente, las intrigas por las becas y dejó todo y sacó otra carrera. No es un camino fácil pero es espectacular para el que lo consigue.

Lilian said...

Hola Tomas
Hacer musica por placer y poder vivir de eso; nada mejor. Yo tuve una pequenisima experiencia de ganar $ mientras cantaba con el penultimo grupo al que perteneci pero hubos dos cosas que me hicieron decidir que la "vida de artista" no era para mi: los shows que empezaban a la media noche o mas tarde y toda la gente que se te acercaba a conversar despues de una presentacion como si te conocieran de toda la vida. En realidad, te tiene que gustar mucho, mucho la musica para lidiar con ese tipo de cosas...

Denise said...

Hay otro dicho que ayuda a contrarrestar ese: lo que bien se aprende jamás se olvida, es como andar en bici, al principio da miedo porque el cuerpo y el cerebro necesita re-habituarse!

Lilian said...

Denise,
Tienes toda la razon ... basta con un poquito de empuje ;o)